martes, 1 de diciembre de 2009

Ángel

No creo en los ángeles como seres puros, inmaculados,
de grandes alas blancas,
asexuales y que viven entre suaves nubes de algodón.

Sin embargo, afirmo que existen los ángeles,
que estamos rodeados de ellos,
que son las personas que nos ayudan sin esperar nada a cambio,
que, cuando estamos cansados, sacan fuerza por nosotros,
que no importa el daño que les hagamos con nuestras palabras,
volverán una y otra vez para empezar desde cero,
y al final hacernos darnos cuenta
de que éramos nosotros los que estábamos equivocados.

Ángeles que, con la sonrisa más sincera,
nos iluminan, despejando las tinieblas de nuestros ojos,
y, con su calidez, derriten el hielo de nuestras lágrimas.

Ángeles que, cuando ya lo damos todo por perdido,
nos hacen renacer,
susurrándonos al oído las dos palabras mágicas...

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sábado, 28 de noviembre de 2009

Miedo


Ese sentimiento que te encoje el corazón y apenas te deja respirar,
llegando a doler en algunas ocasiones. Pero, a ¿qué tenemos miedo?

Creo que existen dos tipos de miedo:
El miedo a aquello que conocemos demasiado bien,
como para atisbar las graves consecuencias que pueden tener para nosotros
o que ya las tienen, porque son cosas que realmente nos oprime, nos paraliza e inundan nuestros ojos de lágrimas de amargura.

El otro tipo de miedo es el miedo a lo desconocido.
El miedo a desear algo que no nos pertenece, porque desde pequeños nos dijeron "¡Eso no se hace!;¡Eso no se toca!; ¡Está prohibido!; ¡Es peligroso!; ¡No es para ti!..."
o miedo a que nos deseen y nosotros no nos queramos dejar arrastrar,
por temor a que lo que toda la vida nos dijeron que no era para nosotros,
sea lo único que esté hecho a nuestra medida.

Y es que entre el miedo y la libertad hay sólo un paso,
pero la mayoría de la gente es demasiado cobarde para dar ese paso,
y, por suerte o por desgracia, yo soy una de ellos.
Sara Álvarez

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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Las manos


Si nos ponemos a pensar, las manos pueden ser de lo más hermoso o de lo más horrible que posea una persona.
No hablaré de lo horribles que pueden llegar a ser unas manos que empleen la violencia, porque creo que no se merecen ni una sola línea, ni un minuto de mi tiempo.

Me quedo con las manos amigas.
Las manos que se agrietan
con el trabajo duro,
para llevar un plato de comida a casa.

Manos que con un lienzo en blanco o un trozo de barro,
son capaces de evocar las maravillas de la naturaleza
y del hombre.

Me quedo con las manos
que de las cuerdas de una guitarra o las teclas de un piano
sacan una música que haría enrojecer de envidia al propio Orfeo,
aunque me basta con que sean unas manos que sepan transmitir emociones
con el lenguaje universal.

Las manos que deseo
que acaricien mi espalda,
tan suave que me produzcan escalofríos
o tan fuerte, que su roce me queme la piel.

Me quedo con las manos que enjugan mis lágrimas
cuando no puedo contener más mis emociones.
Las manos que tienden las buenas personas
para levantarnos cuando empezamos a caer.

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domingo, 15 de noviembre de 2009

Sueños

Te espero donde convergen los sueños
para dar rienda suelta a los sentimientos reprimidos.

Te espero donde convergen los sueños
para decirte lo que nunca me atreví.

Te espero donde convergen los sueños
para pasar por alto lo que la gente nos decía.

Te espero donde convergen los sueños
para beber de ti.

Si tú quieres, te espero donde convergen los sueños
para llegar a donde nadie quiso ir
y cuando despierte estar acompañada por ti.
Sara Álvarez

Ilustración: Pauli Lombardo

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Lola


Lola, Lolita, Lola,
Lola madre y esposa,
Lola, abuela joven,
joven de espíritu, alegría, cariño,
que aun hoy perduran tus guiños.

Lola, ¡MI ABUELA LOLA!,
que me dejó como herencia
mil recuerdos pa' guardar,
cien caricias que ofrecer,
una sonrisa que mostrar
y una madre que querer.
Sara Álvarez
Ilustración: Pauli Lombardo


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¿Quién dijo que leer era aburrido?


Ante las páginas de un libro, un mundo se abre ante mí.
Seré princesa guerrera de mil mundos sin conquistar,
una maga, una hechicera o la más mala del lugar.

Sintiendo locas pasiones
por mil príncipes caídos, cuarenta ladrones y un sultán,
un vampiro o un hombre lobo,
todos ellos me acompañarán.

Me pierdo en unos ojos,
grises, verdes o del color de la miel,
que me siguen en mis sueños y en ellos me vuelvo a perder.

Lucharé contra dragones y serpientes,
vampiros y hombres lobo
enanos y gigantes,
o bien me conviertiré en uno de ellos,
desafiando el tiempo y espacio.

Iré al cielo y al infierno,
surcaré todos los mares,
cual pirata o marinero.
Volaré entre montañas y valles
descubriendo mundos nuevos.

Seré un fantasma,
flotando en una estación de tren
viendo a mil pasajeros pasar,
que me harán compañía cuando amenace la soledad.

Algunas veces me sentiré eufórica, otras desanimada,
alegre, desgraciada,
amada o enamorada,
con lágrimas en los ojos y una sonrisa dibujada en mi cara.

Seré la persona más feliz del mundo, o bien la más desgraciada,
la más valiente, la más cobarde,
sedienta de sangre, amor o venganza.

De todo ello aprenderé que en mil reinos puedo vivir,
ya sean tan fríos que me helará la sangre
o tan cálidos que me derretirán el corazón.

A mil personas podré amar,
a quinientas podré odiar,
todo ello sin salir de mi casa,
tomándome un café y parando cuando quiera para descansar.

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Poesía

Poesía, lenguaje de los románticos,
romántico es aquel que siente por bandera
los ojos de otra persona,
deseando que aquel cuerpo fuera su patria.

Desgracia de ser romántica,
y soñadora.
¿Se puede echar de menos algo que nunca se tuvo?
Y no porque no se deseara
porque se deseó tanto...
Siempre nos quedará la ilusión.

La ilusión de unos pequeñajos
que sólo suponen lo que es el amor
y es que ni yo lo sé todavía,
y así me quedo contemplando el amor
en los besos de otras personas.

Sólo me queda esperar a que el mundo gire
para que nos volvamos a encontrar
compartiendo unas palabras
en la barra de algún bar.

Poesía, el consuelo de los solitarios
para hacer volar al viento
palabras de amor sincero.

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